Por Clara Olivares
Por lo general se trata de jóvenes inexpertos, pasivos y soñadores.
Éstos poseen un temperamento sensible y dulce con una fuerte carga sensual poco despierta.
Resultan fáciles de seducir ya que son sumisos y maleables.
Atraen a mujeres de recia personalidad y con un carácter dominante en donde ellas son fuertes y protectoras.
Esta clase de mujer suele tener un aire varonil, así como un erotismo decidido y agresivo.
Generalmente el hombre termina siendo esclavizado por la mujer, ya que, éste busca en ella amparo y le atrae una clase de amor tiránico y tormentoso.
En este tipo de amor se suelen dar tres clases de relación:
- Aquella que tiene un tinte incestuoso.
- El amor sentimental.
- 3. La amistad ideal.
Analicemos cada uno:
- Aspecto incestuoso: Suelen ser hombres atractivos que permiten que sea la mujer quien tome la iniciativa.
Una mujer experimentada suele darle al hombre aquello que una joven no podría hacerlo.
En este tipo de hombre subyace un componente inconsciente de vampirismo y de materialismo, es decir, se alimentan de su pareja tanto psíquica como materialmente.
La mujer estimula los aspectos sensuales primitivos de la psique masculina.
Desafortunadamente, el hombre termina utilizándola en su propio beneficio.
- El amor sentimental:
El hombre busca en el amor apoyo para su incertidumbre y para su propia debilidad interior. La mujer saca ventaja de estos aspectos y sabe como atarlo a su lado con dulzura y comprensión.
La experiencia de ella le permite al hombre encontrar la calma y desarrollar raíces profundas que le conducirán a un conocimiento de sí mismo.
Como explicaba más arriba, estos jóvenes inexpertos de carácter pasivo, terminan de completar su formación al amparo del apoyo maternal que le brinda la mujer. Así crecen intelectualmente y retoman su energía.
- La amistad ideal:
Se desarrolla básicamente en el plano espiritual, quedando el erótico en un último lugar.
La posible atracción física queda sublimada reduciéndose este aspecto a un flirteo.
El punto de unión entre los dos es el interés cultural. El hombre la admira teniendo un profundo sentimiento de amistad. El atractivo sexual se queda en un simple trasfondo agradable.
En la mayoría de los casos se trata de una amistad idealizada y platónica.
Con este somero análisis es posible tener una visión general del tipo de amor que hemos escogido a lo largo de nuestra vida. Aunque también hay que tener en cuenta que, en la medida en que maduramos, vamos variando nuestro patrón para buscar relaciones con una mayor igualdad.
En mi próximo artículo hablaré del amor del tipo hermano.
(Imagen: www.lookfordiagnosis.com )