La crueldad

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Por Clara Olivares

«Se denomina crueldad a una acción cruel e inhumana que genera dolor y sufrimiento en otro ser. Por lo que representa este término derivado del latín crudelitas, el diccionario de la Real Academia Española lo cita como ejemplo y representación de impiedadinhumanidad y fiereza de ánimo».

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe

Los seres humanos poseemos infinidad de defectos como por ejemplo, la pereza, los celos o la envidia, entre otros.

Me atrevería a afirmar que se nace con ellos. Desde muy pequeños comenzamos a manifestar las cualidades y los defectos que nos definirán como individuos.

Algunos de estos defectos son susceptibles de atenuarse y moldearse con la educación, afortunadamente.

Pero en el caso de la crueldad, no estoy tan segura de que alguien cruel deje de serlo alguna vez.

Dicen que los niños son crueles por naturaleza. No lo creo realmente, puede que en algunos casos sea una estrategia de supervivencia cuando se hayan en un entorno en donde rige la ley de la selva: «me matan o mato». Pero me parece que éstas son situaciones particulares y extremas.

En éstos casos se podría aplicar una parte de la definición del inicio, en cuanto a «la fiereza de ánimo». Fiereza que hace alusión a las fieras, a la manera de defenderse «con saña y bravura» cuando se sienten atacadas.

Aunque algunas personas puedan sentirse atacadas (eso no quiere decir que realmente sea así), su respuesta es como la de una fiera.

Cuando se trata de los seres humanos, creo que es su corazón el que posee los rasgos buenos y malos que lo definen. Podríamos decir entonces que se trata de ese impulso natural que se manifiesta a través de nuestras actuaciones cotidianas.

Poseemos un corazón que nos hace ser generosos o, por el contrario crueles.

Volviendo a la definición que abre este artículo, comenzaré por analizar «la impiedad», o, la ausencia de piedad.

La piedad podría ser sinónimo de compasión, es decir, esa capacidad de compartir el dolor de otro, de conmoverse con su sufrimiento.

Y es aquí cuando entra en juego la empatía. Ésta es la cualidad que se manifiesta a través de la capacidad que alguien tiene de ponerse en el lugar de otro.

Una persona cruel carece de empatía. No se conmueve con el dolor ajeno, podríamos decir que «tiene un corazón de piedra».

En una de las películas de La Guerra de las Galaxias en la que Luke Skywalker se enfrenta a El Emperador y éste le lanza descargas buscando su muerte, la expresión de placer que tiene su cara es similar a la que he visto en algunas personas crueles que he conocido en mi vida.

Existe una especie de éxtasis provocado por el profundo placer y deleite que le produce causarle daño a otro.

No me extraña que esta característica se contemple como un desorden de la personalidad que pertenece al apartado de las sociopatías.

No poseen un freno interior que les pare y les impida continuar haciendo daño.

Esta falta de freno ético o moral me lleva a enlazar con la siguiente característica de la definición que quisiera abordar: la inhumanidad.

Existen actuaciones «inhumanas», aquellas que causan daño de forma gratuita, simplemente por el placer de hacerlo.

Como la humillación, por ejemplo. A través de ella se somete al otro a una vejación con el fin de atacar su dignidad.

La gente cruel procura siempre hacerle sentir al otro que es inferior.

Pienso que nos hallamos ante la consabida necesidad insana y patológica de poder.

Si el otro es inferior quiere decir que yo soy superior. Y ese sentimiento le hace pensar que es grandioso, fuerte y poderoso.

¡Uf! me parece una actuación repugnante.

Pero, desgraciadamente por el mundo andan sueltos much@s psicopaton@s crueles y despiadados.

Me parece que ese sentimiento de repugnancia fué el que me llevó a tomar la decisión de intentar pasar por la vida sin dañar conscientemente. Puede que lo haya conseguido o puede que no, el tiempo lo dirá.

Pero de forma consciente intento no causar daño. Puede que lo haga sin darme cuenta, felizmente está el otro para señalármelo rápidamente.

El meollo del asunto es el de reparar el daño que hayamos podido causar. Si no realizamos un acto de reparación, estamos perdidos. Nos hemos ido «al lado oscuro» como dicen en la Guerra de Las Galaxias.

Reflexionemos frente a nosotr@s mismos sobre la calidad de nuestras actuaciones, éste ejercicio nos devolverá una imagen de qué es lo que albergamos en nuestros corazones.

Las actuaciones que hemos realizado a lo largo de nuestra vida son las que nos definen como personas.

¿Qué hemos decidido?

En mi próximo artículo hablaré sobre los mentiros@s.

(Imagen: www.terapiaonline.co)